miércoles, 1 de agosto de 2018

Joël Dicker - La desaparición de Stephanie Mailer

Pocos minutos después, la policía cerró el barrio.
Fue uno de los primeros agentes en llegar quien, al trazar el perímetro inicial de seguridad, se fijó en que la casa del alcalde de la ciudad, muy próxima al cuerpo de Meghan, tenía la puerta entornada. Se acercó, intrigado. Comprobó que la habían reventado. Sacó el arma, subió de una zancada las escaleras de entrada y anunció su presencia. No hubo ninguna respuesta. Empujó la puerta con la punta del pie y vio que un cadáver de mujer yacía en el pasillo. Pidió refuerzos en el acto, antes de seguir avanzando despacio por la casa con el arma en la mano. A la derecha, en un saloncito, se topó, espantado, con el cuerpo de un niño. Luego, en la cocina, se encontró al alcalde, en un charco de sangre, asesinado también. 
Habían matado a toda la familia. 

✤✤✤

Resultado de imagen de la desaparición de stéphanie mailer 

Título: La desaparición de Stephanie Mailer
Autor: Joël Dicker
Fecha de publiación: junio de 2018 
Género: novela policíaca
Editorial: Alfaguara
Nº de páginas: 650

✤✤✤

Orphea, un pequeño pueblo de los Hamptons. Un buen día de julio de 1994, Meghan Padalin sale a hacer ejercicio como es habitual en ella. Más tarde, su marido la encuentra muerta a escasos metros de la casa del alcalde Gordon y su familia. Todos habían sido asesinados; así da comienzo la última novela de Joël Dicker, que ya nos introdujo sus habilidades para la novela negra con La verdad sobre el caso Harry Quebert.  

La desaparición de Stephanie Mailer cuenta cómo en 2014 se reabre un caso de asesinato creído ya resuelto veinte años atrás, tras conocerse que la periodista Stephanie Mailer tiene indicios de que se enculpó a la persona equivocada. La misma tarde en que Stephanie revela la noticia al agente de policía Jesse Rosenberg, esta desaparece. Es ahí cuando Jesse Rosenberg y Derek Scott, los agentes encargados del caso veinte años atrás, se reúnen nuevamente para dar, esta vez, con el verdadero asesino.

En cuanto a forma, la novela reúne reminiscencias de La verdad sobre el caso Harry Quebert, principalmente en la base del argumento: un crimen que tuvo lugar décadas atrás y un culpable que sigue en libertad. Más allá de eso, también la estructura sobre la cual está construido el argumento es similar a la novela de 2013, recurriendo a los saltos temporales y distintos puntos de vista. Y es que Dicker acierta con estos dos últimos elementos, pues los constantes flashbacks a la época en la que tuvo lugar el crimen otorgan más verosimilitud a la narración a la par que el conocimiento del punto de vista personal de todos los personajes ayuda a que el lector forme sus propias suposiciones respecto al posible verdadero culpable. Como es habitual en este autor, la trama no es resuelta hasta las ultimísimas páginas de la novela y, paradójicamente, lo más esperado es que esta concluya de la manera más inesperada. 

Hay un elemento nuevo que Dicker incluye en esta novela y es que, al contrario que en Harry Quebert, donde todos los personajes estaban relacionados, de alguna manera u otra, con los hechos del crimen, en el caso de La desaparición de Stephanie Mailer aparecen personajes envueltos en la trama y la investigación policial pero que narran su historia en primera persona y esta resulta no tener nada que ver con los hechos que se investigan. Probablemente, la intención detrás de esto sea humanizar a los personajes al mismo tiempo que crear confusión en el lector, haciéndole creer que la historia particular de estos personajes acabará estando relacionada de un modo u otro con el cuádruple asesinato. 

El resultado de todo esto es una novela entretenida, intrigante y sin ningún cabo suelto. 

✤✤✤

Nota: 8/10

lunes, 12 de marzo de 2018

{#7} - Vladimir Nabokov - Lolita

Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.

Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de  estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.

¿Tuvo Lolita una precursora? Por cierto que la tuvo. En verdad, Lolita no  pudo existir para mí si un verano no hubiese amado a otra... «En un principado junto al mar.» ¿Cuándo? Tantos años antes de que naciera Lolita como tenía yo ese verano. Siempre puede uno contar con un asesino para una prosa fantástica.

Señoras y señores del jurado, la prueba número uno es lo que envidiaron los serafines de Poe, los errados, simples serafines de nobles alas. Mirad esta maraña de espinas. 

 ✻✻✻

Resultado de imagen de vladimir nabokov lolita 

Título original: Lolita
Autor: Vladimir Nabokov
Fecha de publicación: 13 de noviembre de 2016
Editorial: Anagrama (edición limitada)
Nº de páginas: 392

✻✻✻

 Lolita (1955) es una de las obras más aclamadas de la literatura erótica. Si bien ya es bastante destacable que una de las novelas estadounidenses más famosas fuera escrita por un ruso, la novela destaca, sobre todo, por su narrativa tan ruda y al mismo tiempo delicada. 

La novela trata sobre la obsesión sexual de Humbert Humbert, un profesor de literatura francesa de mediana edad, con Dolores, una doceañera a la que él apoda como "Lolita". Si bien ya resulta impactante un resumen tan escueto, más lo resulta una vez comenzamos la lectura: Humbert, un auténtico pederasta, se presenta a sí mismo como un amante de las niñas preadolescentes, las cuales él denonima "nínfulas". La narración, al ser llevada a cabo en primera persona, implica al lector en lo que supone adentrarse en la mente de un pedófilo. 

Hay algo muy destacable en la historia desde mi punto de vista y es que, al estar narrada en primera persona y conocer los pensamientos más repugnantes del personaje principal, podemos ver cómo Humbert se dedica durante toda la obra a culpar a Lolita de sus deseos sexuales. He aquí el objetivo de Nabokov de hacer ver al lector cómo funciona una mente pedófila. Es por esto por lo que comencé la lectura a principios del verano pasado y no pude acabarla hasta finales del mismo: el libro, durante ciertos pasajes, puede llegar a ser repulsivo, dependiendo de la sensibilidad del lector. Precisamente por este motivo es una obra sublime. 

Al comienzo de la reseña he hablado sobre una narrativa ruda a la par que delicada; lo primero se debe a lo comentado anteriormente, mientras que lo segundo se refiere a los momentos en los que Humbert describe a Lolita. Según las palabras de Lionel Trilling, «ningún amante ha pensado en su amada con tanta ternura, ninguna mujer ha sido tan embelesadamente evocada, con tanta gracia y delicadeza, como Lolita». 

Las grandes obras de la literatura siempre son difíciles de reseñar, pues ya se ha analizado tanto sobre ellas que resulta intimidante analizarlas desde una perspectiva personal. Así pues, aquí acabo haciendo una breve mención a la edición de Anagrama tan bonita de la obra que encontré de casualidad el verano pasado y que no me pude resistir a comprar (imagen de arriba). 

Puntuación: 10/10



lunes, 8 de enero de 2018

Permanencia eterna

—No vive ya nadie en la casa —me dices—; todos se han ido. La sala, el dormitorio, el patio, yacen despoblados. Nadie ya queda, pues que todos han partido.
Y yo te digo: Cuando alguien se va, alguien queda. El punto por donde pasó un hombre, ya no está solo. Únicamente está solo, de soledad humana, el lugar por donde ningún hombre ha pasado. Las casas nuevas están más muertas que las viejas, por que sus muros son de piedra o de acero, pero no de hombres. Una casa viene al mundo, no cuando la acaban de edificar, sino cuando empiezan a habitarla. Una casa vive únicamente de hombres, como una tumba. De aquí esa irresistible semejanza que hay entre una casa y una tumba. Sólo que la casa se nutre de la vida del hombre, mientras que la tumba se nutre de la muerte del hombre. Por eso la primera está de pie, mientras que la segunda está tendida.
Todos han partido de la casa, en realidad, pero todos se han quedado en verdad. Y no es el recuerdo de ellos lo que queda, sino ellos mismos. Y no es tampoco que ellos queden en la casa, sino que continúan por la casa. Las funciones y los actos se van de la casa en tren o en avión o a caballo, a pie o arrastrándose. Lo que continúa en la casa es el órgano, el agente en gerundio y en circulo. Los pasos se han ido, los besos, los perdones, los crímenes. Lo que continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón. Las negaciones y las afirmaciones, el bien y el mal, se han dispersado. Lo que continua en la casa es el sujeto del acto.

César Vallejo